lunes, 19 de mayo de 2014

ITS Y VIH EPIDEMIA DESDE UNA VISIÓN GLOBAL Y LOCAL

Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Publica

versión impresa ISSN 1726-4634

Rev. perú. med. exp. salud publica v.24 n.3 Lima jul./set 2007

VIH DESDE UNA VISIÓN GLOBAL Y LOCAL

Las infecciones de transmisión sexual y el VIH: la epidemia desde una visión global y local


Hace más de 20 años el VIH empezó a causar estragos a nivel mundial ocasionando cambios en las estructuras sociales, políticas y económicas, principalmente de los países en vías de desarrollo. Los años 2006 y 2007 han venido marcados por algunas noticias alentadoras en el campo de la prevención biomédica, así como algunas desalentadoras en el campo de las vacunas y los microbicidas. En esta editorial revisaremos la situación actual de la epidemia a nivel global y local, mencionaremos algunos de los resultados más importantes de las investigaciones en prevención y finalmente comentaremos brevemente los artículos que han sido incluidos en este número de la revista.
En el 2006 a nivel mundial se reportaron 4,3 millones de nuevas infecciones por VIH y 2,9 millones de muertes causadas por este virus. Diariamente existen más de 11 mil nuevos casos de infección por VIH de los cuales 95% ocurren en países con ingresos bajos y medianos. La región más afectada por el VIH sigue siendo el África que cuenta con 65% del total de adultos y niños infectados que viven en el mundo (24,7 millones de personas) y 72% de fallecimientos causados por el SIDA en el 2006. La epidemia en el África es generalizada1.
En Latinoamérica tenemos una situación un tanto diferente. La prevalencia de VIH en población general en la región es en promedio 0,5%1. Sin embargo, existen grupos específicos como trabajadores/as sexuales, drogadictos endovenosos y hombres que tienen sexo con hombres (HSH) que presentan prevalencias elevadas de infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH2,3. Esto constituye lo que se reconoce como una epidemia concentrada en la mayoría de países latinoamericanos. Otro aspecto distintivo es que el acceso a terapia antirretroviral en la región es relativamente alto en comparación con otros países en desarrollo1.
En el Perú desde el comienzo de la epidemia hasta la fecha se ha reportado al Ministerio de Salud 19 944 casos de SIDA y 24 589 casos de VIH4. En relación a estas cifras, se estima que existe un subregistro de casos debido a problemas de notificación, a la falta de un sistema nacional coordinado de tamizaje a poblaciones de alto riesgo y al estigma y discriminación que representa una barrera para el acceso de estas poblaciones a los sistemas de salud. Aunque las estimaciones son variables, se calcula que entre 20 mil a 50 mil personas en el Perú viven con el VIH y muchas desconocen su situación5.
En el Perú, la prevalencia de VIH en población general es de 0,2%6, pero se reconocen algunos grupos con prevalencias altas. La epidemia del VIH está concentrada en la población de HSH, un grupo que tiene una prevalencia que se acerca al 14% a nivel nacional7. Otros grupos de elevada prevalencia son las trabajadoras sexuales, con prevalencias de 0,6% a 2% dependiendo de los estudios8,9 y las personas con infecciones de transmisión sexual, quienes tienen una prevalencia de 3%10. Además existen diferencias dentro del país. Si bien Lima concentra 70% de los casos notificados, los estudios poblacionales muestran tasas altas de VIH e ITS en ciudades de la selva3,11.
La razón hombre/mujer de casos reportados de SIDA ha disminuido de 9/1 en 1991 a 3/1 en el 2006 pero es importante resaltar que la epidemia en el Perú sigue siendo predominantemente masculina4,7.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son muy frecuentes en nuestro país. Estudios recientes demuestran que en población joven, casi una de cada diez mujeres tienen infección por Chlamydia trachomatis, tres de cada diez, vaginosis bacteriana y la prevalencia de herpes es casi 24%11.
Es importante resaltar algunos hitos en la respuesta nacional ante esta epidemia. Luego del primer diagnóstico de SIDA en nuestro país en 1983, tomó casi tres años la creación de la Primera Comisión Multisectorial de Lucha contra el SIDA. En el año 1989 se crea el Programa Especial de Control del SIDA (PECOS) que en 1995 toma el nombre de Programa Nacional de ETS y SIDA (PROCETSS). El siguiente año se publica la Ley Contra SIDA en la que por primera vez en el país se definen una serie de acciones en pro del trabajo contra esta epidemia. En el año 2002, el Ministerio de Salud, la Sociedad Civil y las entidades académicas se unen para presentar una propuesta al Fondo Global, la cual es financiada al año siguiente, obteniéndose los primeros 23 millones de dólares, que permitieron apoyar una serie de acciones contra el VIH/ SIDA, pero que fundamentalmente ayudaron a iniciar el tratamiento antirretroviral en nuestro país. Hoy, ya con financiamiento nacional, más de 8 mil personas viviendo con el VIH se benefician con este tratamiento gratuitamente.
A pesar de este gran avance en la provisión de tratamiento antirretroviral gratuito, nuestro país aún enfrenta deficiencias en cuanto al trabajo en prevención, con coberturas pobres sobre todo en actividades dirigidas a los grupos con mayor prevalencia de ITS. Una de las áreas que ha quedado rezagada a pesar de constituir una prioridad de la Organización Mundial de la Salud es el trabajo para la eliminación de la sífilis congénita, una ITS que involucra acciones sencillas y muy baratas como son el tamizaje de las gestantes y el tratamiento con penicilina.
Un gran paso en la lucha contra la epidemia ha sido la reciente aprobación del Plan Estratégico Multisectorial (PEM) 2007-2011 para la Prevención y Control de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y el VIH/SIDA en el Perú en mayo del 2007. Este plan, que aún requiere implementarse, tiene el objetivo de ordenar las acciones de los diferentes sectores de la sociedad civil, gobierno y organizaciones de personas afectadas. También se ha aprobado recientemente un plan para la eliminación de la transmisión vertical de VIH y la sífilis.
En cuanto a las investigaciones mundiales recientes relacionadas con la prevención, al menos dos resultan ser esperanzadoras. Una tiene que ver con la circunsición como forma de prevención del VIH, se han reportado tres ensayos clínicos aleatorizados en Sudáfrica, Kenya y Uganda que han demostrado que la circunsición protege en aproximadamente 60% contra la adquisición del VIH en varones heterosexuales12-14. Aún no es claro si esta estrategia podría ser efectiva en el caso de los HSH, lo que se está discutiendo muy activamente es si, basados en estos resultados, se debiera implementar esta estrategia a gran escala en poblaciones heterosexuales y cómo hacerlo15. La otra intervención promisoria es el uso de terapia antirretroviral triple como una forma de prevención de la transmisión del VIH a través de la leche materna; un estudio realizado en Ruanda mostró que sólo uno de 176 niños que recibieron lactancia materna y cuyas madres estuvieron en tratamiento antirretroviral resultó infectado16.
Por otro lado, recientes investigaciones con microbicidas no han mostrado efectividad17,18 y al parecer los estudios de vacunas para VIH aún tienen mucho camino por recorrer. Recientemente Merck suspendió uno de los estudios más prometedores de vacunas contra el VIH, esta vacuna, que usaba como vector el adenovirus que portaba tres genes del VIH, no mostró diferencias significativas en la prevención de la infección ni en la reducción de la carga viral en el grupo que se vacunó con respecto al grupo que recibió placebo19.
Sin embargo, otra vacuna, esta vez contra una ITS que además se asocia al cáncer cervical, ha mostrado ser eficaz y se está comenzando a implementar en algunos países20, estamos hablando de la vacuna contra el virus del papiloma humano. Uno de los artículos de este número presenta una revisión de esta vacuna y lo que conocemos y esperamos al respecto.
En este número hemos consolidado artículos de investigadores peruanos que trabajan diferentes temas de VIH e ITS y hemos tratado de incluir diferentes aspectos. En primer lugar, estamos publicando dos estudios de comportamientos sexuales que pueden incrementar el riesgo de adquirir VIH, un artículo acerca de prácticas sexuales en escolares de Tacna y otro sobre la variabilidad genética del VIH según grupos con diferentes conductas sexuales de riesgo. En segundo lugar, hemos incluido temas relacionados al VIH, como las reacciones adversas a los medicamentos y la situación del programa del Fondo Global que brinda tratamiento antirretroviral gratuito. En tercer lugar, estamos incluyendo infecciones emergentes y reemergentes como el virus del papiloma humano y Chlamydia trachomatis. En cuarto lugar, estamos presentando cuatro artículos relacionados con la informática en salud: una revisión acerca de las tecnologías de información y comunicación que se están empleando para la prevención y control de la infección por el VIH, un artículo sobre Internet acceso y uso por trabajadores de salud y PVVS, un artículo acerca de los riesgos y beneficios del uso de Internet por parte de las PVVS, y otro artículo sobre la educación a PVVS para evaluar la calidad de la información en salud en Internet. Finalmente, dado que los profesionales de la salud son un pilar importante en la lucha contra la epidemia del VIH, hemos incluido un artículo acerca de la migración de los profesionales de países de bajos a altos recursos. Para terminar queremos resaltar que la epidemia de VIH en nuestro país y en el mundo necesita de una respuesta multisectorial amplia y coordinada y para ello nos necesita a todos.

INCIDENCIAS DEL VIH SEGUN LA OMS

INCIDENCIAS DEL VIH SEGÚN LA OMS


LA PREVALENCIA DEL SIDA EN LOS
DISTINTOD PAISES LATINOAMERICANOS


Es bastante habitual en la bibliografía que se refiere a la epidemia del VIH/SIDA presentar los datos de los diferentes países o continentes en relación al número de casos diagnosticados, lo cual, aunque es una información válida, distorsiona en cierta medida la distribución de la epidemia en función proporcional al número de habitantes. Ello, en parte también está propiciado por la propia Organización Mundial de la Salud pues en la mayoría de los informes que emite suele utilizar el número de casos y raramente los índices de prevalencia, lo que sin duda es un mejor indicador de cómo está evolucionando la epidemia.
La clasificación de países latinoamericanos en función del índice de prevalencia de personas diagnosticadas de SIDA, que aparece en la Tabla 2, fue realizada estimando el índice de prevalencia de cada país, con los datos aportados por la OMS en relación al número total de casos de SIDA en los distintos países, actualizado a noviembre de 1998, y con los datos ofrecidos por el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)1sobre la población de cada país en ese mismo año.




Los datos de la OMS fueron obtenidos del Weekly Epidemiological Record, un boletín de información actualizada sobre información epidemiológica mundial. Se puede considerar como la fuente más fiable en cuanto a los datos epidemiológicos de enfermedades2. La información sobre la población fue obtenida de las bases del CELADE, una institución internacional fundada en 1957 por un grupo de demógrafos y reconocido oficialmente desde 1967 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. El objetivo principal del CELADE es sistematizar e incrementar el conocimiento de interacción de la dinámica de la población y el proceso de desarrollo mediante el estudio de los factores que determinan el comportamiento demográfico, por lo que se dispone de una información actualizada de las poblaciones de los distintos países de Latinoamérica2.
Tal como se puede apreciar en la Tabla 2, en relación al SIDA, no se puede hablar de Latinoamérica como un ámbito territorial homogéneo, pues la tasa de prevalencia oscila entre 1,33 por cada mil habitantes en Honduras hasta la de 0,02 en Bolivia, lo que significa una tasa 67 veces superior. Honduras resulta en cierto modo un caso atípico entre los países latinoamericanos, no sólo por su elevada prevalencia, que casi duplica a la de Brasil, sino también en relación a las vías de transmisión, tal como se explicará más adelante. La alta prevalencia en Honduras era hasta cierto punto predecible, de hecho, en un estudio realizado a finales de los ochenta en el que se evaluó a varios centenares de prostitutas se encontró que 20% estaban infectadas por VIH. Como puede verse en la Tabla 2, la tasa de prevalencia de Honduras es muy similar a la de España, no obstante, hay que tener en cuenta que estas tasas no están ajustadas a la distribución de la pirámide de edad de cada país, lo que implica que estas comparaciones deben ser matizadas en función de la distribución de edad.
En función de los datos de prevalencia en Latinoamérica podemos hablar de cuatro grupos de países según la gravedad de la epidemia del SIDA, en la primera estaría Honduras, con un índice muy superior a los demás países, en el segundo grupo, que podríamos denominar de prevalencia alta, se incluiría a Brasil, Panamá y República Dominicana, cuya prevalencia oscila entre el 0,50 y el 0,77 por cada mil habitantes. En el tercer grupo, de prevalencia media, estarían aquellos países cuyo índice oscila entre el 0,10 y el 0,40 por cada mil habitantes, siendo estos: El Salvador, Argentina, Costa Rica, México, Uruguay, Venezuela, Perú, Guatemala, Colombia y Chile. Por último en el cuarto grupo, de prevalencia baja, se encuadran aquellos países con un índice inferior al 0,10 por 1.000, siendo estos: Paraguay, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia (Figura 2). En estos países la tasa de prevalencia es bastante inferior a la media de los países desarrollados.



    Figura 2. prevalencia del SIDA en los distintos paises latinoamericanos

En conclusión, con los datos actualizados hasta 1998, se puede afirmar que existe una importante desigualdad entre los países latinoamericanos en la propagación de la epidemia del SIDA y que para analizar el efecto y la progresión de la epidemia hay que tener en cuenta estas diferencias, la epidemia no es homogénea en Latinoamérica, y la mejor forma de tenerlo presente es manejar los datos relativos a la prevalencia y no al número de casos totales por cada país. Para una mayor información sobre el VIH/SIDA en Latinoamérica véase Ardila3; Bayés, Marín4; Gorab-Ramírez, Hernández-Gamboa, Rescala, Del Río, Niesvizky5; Ortega-Herbert, Ramos, Gallegos6 y en España: Bermúdez, Sánchez y Buela-Casal7.



domingo, 18 de mayo de 2014

HEPATITIS B : PREVENCION

La vacuna contra la hepatitis B es el mejor método de prevenir esta enfermedad. Sin embargo, estas vacunas no están disponibles en todas las partes del mundo. En Europa, existen grandes diferencias entre los distintos países. Algunos países, como Francia y Alemania, tienen programas de vacunación universales orientados a los lactantes, mientras que otros países, como Holanda y el Reino Unido, no tienen ningún programa de vacunación universal de ningún tipo. En España, la vacuna de la hepatitis B se implementó en todo el país a partir de 2002.Si ya has estado expuesto al virus, una vacuna no evitará que contraigas la infección.
Puesto que, la transmisión de la hepatitis B se realiza a través de la sangre y de los fluidos corporales, existen varias formas de contribuir a prevenir la infección por hepatitis B. Entre otras:
  • Evitar compartir los objetos personales con otras personas. Aquí se incluyen navajas o cuchillas de afeitar, cepillos de dientes, pendientes y cortaúñas
  • Asegúrate de que se usan agujas limpias cuando te hagas tatuajes y piercings corporales
  • Si vas al barbero o peluquero, asegúrate de que utilizas navajas o cuchillas de afeitar limpias
  • Utiliza preservativos en tus relaciones sexuales, especialmente si tienes varias parejas sexuales
  • Evita las drogas ilegales. Si las consumes no compartas nunca las agujas ni las jeringuillas
  • Si eres un profesional sanitario, sigue las buenas prácticas de uso y eliminación de agujas
Si crees que has estado expuesto al virus de la hepatitis B es importante que vayas al médico y te hagas un análisis de sangre para la hepatitis B. Esta es la única manera de saber con seguridad si te has infectado por el virus de la hepatitis B. No olvides seguir siempre los consejos sobre la hepatitis B citados más arriba.

Factores de riesgo del cancer de cervix uterino

Factores de riesgo del cáncer de cérvix uterino Risk factors of cervicouterine cancer Angela Vázquez MárquezI; Julio César González AguileraII; Francisca de la Cruz ChávezIII; Angel Miguel Almirall ChávezIV; Rubilselda Valdés MartínezV I Especialista de II Grado en Ginecología y Obstetricia. Profesora Auxiliar Consultante. Máster en Atención Integral a la Mujer. Facultad de Ciencias Médicas, Filial Bayamo. Granma, Cuba. II Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Medicina Interna y en Medicina Intensiva y Emergencia. Asistente. Investigador Agregado. Facultad de Ciencias Médicas. Filial Bayamo. Granma, Cuba. III Especialista de II Grado en Medicina General Integral. Asistente. Facultad de Ciencias Médicas. Filial Bayamo. Granma, Cuba. IV Especialista de I Grado en Medicina General Integral y especialista de I Grado en Hematología. Facultad de Ciencias Médicas. Filial Bayamo. Granma, Cuba. V Licenciada en Enfermería. Facultad de Ciencias Médicas. Filial Bayamo. Granma, Cuba. ________________________________________ RESUMEN OBJETIVOS: exponer los resultados de un estudio analítico de casos y controles de las 330 pacientes de los seis municipios de la región del Cauto que presentaron cáncer de cérvix uterino y que fueron atendidas en las consultas de Patología de Cuello y Oncología del Hospital Universitario "Carlos Manuel de Céspedes" de Bayamo, provincia Granma, en el cuatrienio 2003-2006. MÉTODOS: se realizó un estudio observacional de casos y controles, univariado y de regresión logística binaria. RESULTADOS: las gestaciones previas, sexarquia precoz, cervicitis, papiloma viral humano, tabaquismo, neoplasia intraepitelial cervical, sepsis vaginal, leucoplasia y el desgarro cervical resultaron ser variables que influyeron de forma independiente y significativa en la aparición del cáncer de cérvix. CONCLUSIONES: la edad, la ectopia y el ectropion hipotéticamente influyentes, no mostraron asociación con la aparición del cáncer de cérvix. La tasa de incidencia en este estudio fue de 19,2 x 10,000 habitantes. Palabras clave: Cáncer, cérvix , papiloma virus. ________________________________________ ABSTRACT OBJECTIVES: to expose the results of an analytical case-control study conducted among 330 cases from the six municipallities of Cauto region that presented uterine cervix cancer and that were attended at the departments of Cervix Pathology and Oncology of "Carlos Manuel de Céspedes" University Hospital of Bayamo, Granma province, from 2003 to 2006. METHODS: a univariate, observational, binary logistic regression case-control study was carried out. RESULTS: previous pregnancies, early sexuality, cervicitis, vaginal sepsis, leukoplasia and cervical tearing were variables that influenced in an independent and significant way on the appearance of cervical cancer. CONCLUSIONS: age, ectopy and ectropion that are hypothetically influential did not show any association with the appearance of cervical cancer. The incidence rate in this study was 19.2 x 10 000 inhabitants. Key words: Cancer, cervix, papilloma virus. ________________________________________ El cáncer de cérvix uterino es el tercero más común entre las mujeres en todo el mundo, precedido sólo por el cáncer de mama y el colorrectal. El pico de incidencia ocurre entre la cuarta y quinta década de la vida y se calcula que la mortalidad es seis veces mayor en mujeres de más de 50 años para una tasa de incidencia de 7,6 por 100 000 con respecto a las mujeres jóvenes que es de 1,2 por 100 000. En Cuba, al igual que en otros países, existe el Programa Nacional de Diagnóstico Precoz del Cáncer Cérvico Uterino desde 1968, pero en algunos de los países desarrollados, por fallo del programa, el cáncer de cérvix continúa siendo un problema serio de salud.1 Según Disaia y Creasman2 el cáncer de cuello uterino es el primer cáncer causante de muertes en las mujeres de los países del tercer mundo. Se estimó que en el año 2000 se diagnosticarían 500 000 cánceres cervicales en todo el mundo; aproximadamente el 12 % de todos los cánceres diagnosticados en mujeres, de los cuales casi la mitad resultarían mortales. Se ha calculado que en todas las Américas, cada año se presentan casi 68 000 nuevas pacientes con cáncer de cérvix uterino y más aún en mujeres de América Latina y el Caribe; América del Norte tiene la morbilidad y mortalidad más baja. La incidencia varía de unas naciones a otras. Se observan tasas muy bajas en Israel (4,5 por 100 000 mujeres), en Connecticut Estados Unidos (9,8) y en Nueva Zelandia (9,9). Muy elevada en Cali, Colombia (62,8); en Recife, Brasil (58,1) y en Dinamarca (31,6). En Cuba, la tasa bruta de incidencia en 1990, según los datos notificados al Registro Nacional de Tumores fue de 19,2 por 100 000 mujeres y la tasa de mortalidad fue de 4,6 por 100 000 habitantes, se encontró solamente por debajo a Estados Unidos y Canadá con 3,0 y 2,9 respectivamente.3 Las tasas de mortalidad e incidencia de esta neoplasia han disminuido en los últimos decenios, aunque en años recientes han aumentado en mujeres menores de 50 años. Mientras la incidencia de cáncer invasor ha disminuido, las pacientes con carcinoma in situ han ido en aumento y son ahora más frecuentes que las que tienen una neoplasia infiltrante. La mayor parte de este descenso ha sido asociado a la generalización de la citología cérvico vaginal.4 Una investigación5 demostró como factores predisponentes de esta enfermedad a la edad de 45 a 55 años, factores genéticos como el déficit de alfa 1 antitripsina, relaciones sexuales en la adolescencia, promiscuidad sexual, enfermedades de transmisión sexual (ETS), bajo nivel socioeconómico, hábito de fumar, pacientes inmunosuprimidas, con SIDA y el carcinoma de pene en el compañero sexual. Plantean que el herpes virus simple y el papiloma virus son factores iniciadores de la acción carcinogénica, además los condilomas, trichomonas, clamidias, sífilis y la acción del ADN de los espermatozoides. En un estudio realizado en Boston con 230 pacientes que presentaron cáncer de cérvix, los autores encontraron cinco factores de riesgo significativamente asociados que fueron: poca higiene genital, vida conyugal de más de 25 años, más de 3 embarazos, menarquia precoz (< 13 años) y mujeres iletradas.6 Hoy día se considera el tabaquismo un factor de riesgo de carcinoma de cuello uterino, ya que existe un incremento del riesgo tanto de enfermedades preinvasoras como invasoras entre las fumadoras actuales; las que tienen historia de tabaquismo prolongado, las fumadoras de gran intensidad y las que fuman cigarrillos sin filtros. Diversos estudios han encontrado mutágenos en el moco cervical, algunos a concentraciones muy superiores a las sanguíneas, lo que sugiere un efecto carcinogénico directo, causando modificaciones del ADN aductos en el epitelio cervical, que se incrementa en las fumadoras, encontrando un riesgo relativo de morir por cáncer cervical dos veces superior en las fumadoras comparadas con las que no fumaban.1,2,7 La infección genital por HPV atrae en el momento actual el interés de los ginecólogos por dos razones fundamentales: su altísima frecuencia y su relación con el cáncer del tracto inferior del aparato genital femenino, especialmente el cuello. El incremento de esta infección es algo incuestionable y constatado en las tres últimas décadas, por lo que se hace evidente que la relación sexual es la principal forma de transmisión del HPV. Se clasifican según su potencialidad o riesgo oncogénico en: bajo riesgo (6, 11, 41, 42, 43 y 44), riesgo medio (31, 33, 35, 39, 51 y 52) y alto riesgo (16, 18, 45, y 56). De ellos, según los estudios realizados los tipos 16 y 18 parecen los más potencialmente peligrosos. Ya desde 1981 una larga lista de publicaciones sobre la implicación del HPV en el cáncer de cérvix ha sobrepasado cualquier expectativa.3,8,9 Solís10 enfatiza que la combinación de factores de riesgo se correlacionan mejor con la sobreviva, que un factor de riesgo exclusivo. La citología cérvico vaginal sigue siendo el método diagnóstico de mayor valor para detectar neoplasia intraepitelial cervical (NIC) y carcinoma en estadio precoz en grandes masas de población, por la sencillez en su realización y su alta eficacia. Lo realmente eficaz ante el diagnóstico del cáncer de cérvix es establecerlo en una etapa precoz.11 Aunque como se hace notar, se ha acumulado un conocimiento amplio sobre los factores de riesgo del cáncer de cérvix, la mayor parte de los estudios sobre esta problemática se han desarrollado en condiciones nada parecidas a las nuestras en cuanto a situación geográfica, socioeconómica y ambiental y la neoplasia de cérvix continúa teniendo una alta morbilidad y letalidad. Incluso dentro de nuestro país pudieran observarse diferencias en la forma de expresarse dichos factores en las diferentes regiones y ambientes. Por otra parte, la expresión de los factores de riesgo puede variar en el tiempo y de acuerdo al desempeño de los medios diagnósticos. Por tanto, este problema práctico da lugar a afirmar que, en las condiciones de nuestro medio, aún no se conoce con toda certeza ni exactitud la relación independiente de distintos factores de riesgo con la probabilidad de aparición del cáncer de cérvix, en un período de tiempo reciente. MÉTODOS Tipo de estudio: Observacional de casos y controles. Duración del estudio: Desde el 1ro de enero del 2003 hasta el 31 de diciembre del 2006. Definición de casos y controles Casos: Las 330 pacientes con cáncer de cérvix uterino confirmado histopatológicamente, en edades comprendidas desde los 16 años hasta 89 años y pertenecientes a los seis municipios de la región del Cauto, que se atendieron en la consulta de Patología de Cuello y de Oncoginecología del Hospital Universitario "Carlos Manuel de Cespedes" de Bayamo, Granma. Controles: Pacientes seleccionadas por muestreo simple aleatorio, 1 por cada caso, que no se les confirmó cáncer y que presentaban edades similares e igual ubicación geográfica que los casos, para un total de 330. Delimitación de las variables explicativas Edad, gestaciones previas, sexarquia precoz, cervicitis, papiloma viral humano, hábito de fumar, neoplasia intraepitelial cervical, sepsis vaginal, leucoplasia, desgarro cervical, ectopia y ectropión. Variable respuesta: Cáncer de cérvix Análisis estadístico - Univariado: Cálculo de frecuencia relativa y absoluta. Estimación de OR y su IC 95 %. Estimación por pruebas de hipótesis (p< 0,05) - Multivariado: Modelo de regresión logística de máxima verosimilitud (prueba de bondad de ajuste de Hosmer-Lemeshow). Sobre el tamaño de muestra El tamaño de la muestra fue calculado por el programa Epi Info versión 1.0 para Windows junio 14 del 2000, en el que se obtuvo un tamaño muestral de 343 casos y 343 controles, para un nivel de confianza de un 95 %, un nivel de probabilidad de error de 5 % y una potencia del 80 %, se consiguió una razón de probabilidad de 3,60. RESULTADOS En la figura 1 se muestra la distribución por años de las 330 pacientes con cáncer de cérvix encontradas en el estudio, las cuales se compararon con el cuatrienio anterior. Se puede observar un discreto incremento en el período 1999-2002 en el cual se reportaron 356 pacientes (26 más). La tasa de incidencia en esta investigación fue de 19,2 x 10,000 habitantes. En la tabla 1 se resumen los resultados del análisis univariado de los factores de riesgo extracervicales, hipotéticamente influyentes. Se observa que todas las variables, excepto la edad presentan un OR significativamente mayor de 1, lo que indica que este factor no se asoció a la aparición de la enfermedad. En mujeres con gestaciones previas, el riesgo de aparición de la enfermedad fue aproximadamente 5 veces mayor (OR 5,07, IC 95 % 3,49-7,37) que las que no habían tenido embarazos anteriores. Las pacientes con sexarquia precoz presentaron casi 5 veces mayor riesgo en comparación con aquellas que tuvieron relaciones sexuales más tardías (OR 4,55, IC 95 % 3,27-6,33). La infección por HPV (OR 2, 23, IC 95 % 1,45-3,45) duplicó de forma significativa la probabilidad de aparición del cáncer de cérvix en mujeres que la presentaron. El hábito de fumar incrementó 2,46 veces el riesgo de padecer la enfermedad (OR 2,46, IC 95 % 1,56-3,86). Se pone de relieve como en mujeres con sepsis vaginal el riesgo de aparición del cáncer casi se triplicó (OR 2,68, IC 95 % 1,31-5,49). El análisis univariado de los factores cervicales representado en la tabla 2, muestra cómo el desgarro cervical y la ectopia presentan un riesgo no significativamente mayor de 1, contrario a lo observado para las demás variables. La cervicitis representó un riesgo casi triple de desarrollar el cáncer, con relación a las que no lo tenían, se encontró un OR de 2,91 (IC 95 % 2,09-4,06) en aquellas con esta condición patológica. El padecer una neoplasia intraepitelial cervical (NIC) incrementó a más del doble la probabilidad de desarrollar la enfermedad (OR 2,44, IC 95 % 1,53- 3,91). Se encontró un OR significativamente mayor de 1 en las pacientes que presentaban leucoplasia cervical, existiendo un riesgo doble de desarrollar carcinoma en las que tenían esta lesión (OR 2, 26, IC 95 % 1,12-4,57). El ectropion se comportó como un factor de riesgo importante (OR 3,53, IC 95 % 1,28-9,68), ya que es capaz de triplicar la posibilidad de aparición del cáncer. Cuando se ajusta el modelo de regresión logística (tabla 3) a los datos, con el fin de evaluar el valor independiente de los distintos factores de riesgo, se encuentra que las gestaciones previas, sexarquia precoz, cervicitis, papiloma viral humano (HPV), hábito de fumar, neoplasia intraepitelial cervical (NIC), sepsis vaginal, leucoplasia y desgarro cervical presentaron una asociación, estadísticamente significativa e importante con la probabilidad de aparición de la enfermedad. Otras variables, hipotéticamente influyentes, no muestran una asociación importante con ella. En la tabla 4, se muestran las interacciones existentes entre los factores. Entre ellas se encuentran las de la sexarquia precoz y la infección por HPV, las gestaciones previas y el NIC, la cervicitis y la sexarquia precoz, la cervicitis y gestaciones previas, infección por HPV y gestaciones previas, hábito de fumar y gestaciones previas, hábito de fumar y sexarquia precoz, NIC y sexarquia precoz, ectropión y gestaciones previas. DISCUSIÓN En la fig. 1 se comparan dos cuatrienios y se observa que el comportamiento del cáncer de cérvix en esta región del Cauto se mantiene casi estable, con un incremento discreto en el primer período. La tasa de morbilidad se encontró elevada en este estudio. Bax y colaboradores12 plantean, que el cáncer de cérvix es la enfermedad maligna más común a nivel mundial y su incidencia varía por todo lo ancho de la geografía, señalando las altas tasas que reportan en América Latina y los países del Caribe. En Curazao se encontró la tasa en 14,3 x 100,000 mujeres. Klug y colaboradores13 encontraron tasas de incidencia y mortalidad elevadas por cáncer cervical en Alemania y otros países de Europa Occidental. Se muestran los resultados de la edad de aparición del cáncer de cérvix, donde se puede observar una alta prevalencia en las pacientes que se encontraban en edad reproductiva; de ellas el 43,6 % eran menores de 40 años, incluyendo 3 (0,9 %) con menos de 20 años. Por lo tanto consideramos que en este estudio hubo una edad precoz de aparición del cáncer, ya que es considerado como un cáncer de la perimenopausia. En los últimos años se observa un incremento de las lesiones del cuello uterino en mujeres de edad climatérica, las que representaron en este estudio el 17,5 %. En la mujer a esa edad se ponen de manifiesto cambios biológicos e inmunológicos que pudieran favorecer en gran medida a las infecciones del tracto urogenital , debido a la disminución de la defensa estrogénica del aparato genital.14 Varios autores14-16 encontraron un incremento de carcinoma cervical y de neoplasia intraepitelial cervical (NIC) en pacientes con gestaciones previas, los cuales consideran que la mujer se inmunodeprime en cada embarazo y puede influir este déficit inmunológico repetido en una infección por HPV, además de los efectos traumáticos que sobre el cuello puede producir cada parto. Se señala la asociación existente entre las relaciones sexuales precoces y el cáncer cervical, afirmando que mientras más jóvenes eran, más severa se comportó la enfermedad; presuntamente por ITS y trauma sobre el epitelio cervical.5,14 El HPV es el principal agente etiológico infeccioso asociado con la patogénesis del cáncer de cuello uterino. Se plantea que el conocimiento de la virología y las manifestaciones clínicas de este virus, constituyen el eslabón fundamental en el proceso neoplásico.17 Tirado Gómez y colaboradores18 evaluaron la asociación entre el cáncer cervical y el virus del papiloma humano de alto riesgo, los cuales demostraron que se incrementa en 78 veces la probabilidad de presentar un cáncer invasor; cuando el HPV es tipo 16, el incremento es mayor. El incremento en los últimos años del cáncer cervical y sus lesiones precursoras, ha conllevado a la realización de varios estudios de factores de riesgo y dentro de ellos señalan la fuerte asociación de este cáncer con el tabaquismo y de ambos con el HPV.8,15,19 Martínez y Torrientes14 consideran que el hábito de fumar por más de 15 años de evolución influye doblemente por estar demostrado que es consumidor de estrógeno, los cuales disminuyen en la edad climatérica y también porque afecta la vigilancia inmunológica a nivel del mucus cervical, se encontró en el estudio un 70 % de fumadoras con cáncer cérvicouterino y 84,3 % con NIC. La neoplasia cérvicouterina es considerada como una infección de transmisión sexual, diríamos que más bien se trata del resultado final de la acción de varios factores donde la ITS desempeña un papel muy especial y encontraron en su estudio la trichomoniasis en un 55 % de las pacientes y el otro fue el HPV que resultaron ser los que más se asociaron con esta neoplasia.14 Las infecciones de transmisión sexual (ITS) incluyen una serie de enfermedades de naturaleza infecciosa de gran interés epidemiológico y señalan que la neisseria gonorrheae se dispone en parejas intracelulares, y que habitualmente afecta los epitelios cilíndricos, pues los epitelios estratificados de la vulva y vagina son resistentes a su invasión. Puede permanecer en el endocérvix, lo que significa que el 75 % de las cervicitis pueden ser asintomáticas y estas representan un factor de riesgo importante en el cáncer de cérvix.20 La cervicitis fue la lesión cervical que más se asoció al desarrollo del cáncer cervical según se observa en la tabla 2. Puede encontrarse de forma aguda, aunque lo más frecuente es su evolución hacia la cronicidad, a la cual se le da mucha importancia en la génesis de los cambios epiteliales, que pueden evolucionar hacia la displasia y posteriormente al cáncer cervical.21 En La Habana, en un estudio de 70 adolescentes procedentes de las consultas Infanto Juvenil y Patología de Cuello se encontraron los siguientes resultados: con sexarquia antes de los 16 años un 88,6 %, el número de parejas sexuales de 2 ó más fue de 72,9 %, no usaban métodos anticonceptivos de barrera el 68,6 %; de ellas 50 tenían colposcopia positivas y 38 biopsias con lesiones intraepiteliales cervicales.22 Se realizó una investigación en Brasil sobre la infección por HPV en 99 hombres que eran parejas sexuales de las mujeres que tenían neoplasia intraepitelial cervical (NIC). A estos hombres se les realizó un examen físico y peneoscopia, detectando que el 54,5 % presentaban el HPV y un 28 % presentaron lesiones clínicas evidentes.23 La leucoplasia histológicamente está caracterizada por una hiperplasia de las capas superficiales cornificadas, pero debajo de la hiperqueratosis existe falta total o casi total de la capa intermedia del epitelio cervical, la capa basal está hiperplásica, con abundante mitosis, displasia y atipia.24 El cuello uterino está sometido a múltiples traumatismos durante el embarazo como es la instrumentación en el proceso del aborto, en el parto y en el puerperio; constituye un factor predisponerte del cáncer cervical los desgarros cervicales que pueden producirse.5 Los desgarros cervicales deben ser suturados oportunamente para restituir su anatomía y contribuir al mantenimiento de los mecanismos de autodepuración del aparato genital, así como prevenir procesos inflamatorios y malignos del cérvix.21 Se estudió un grupo de pacientes con antecedentes de alteraciones ginecológicas cervicales, a las cuales se les hizo tratamiento quirúrgico por carcinoma in situ de cérvix y en las biopsias de miometrio y cuello uterino, encontraron ectopia cervical, alteraciones glandulares y del estroma cervical.25 Se estudiaron 140 pacientes con frotis cervical inflamatorio y células atípicas; se les realizó colposcopia y biopsia a las lesiones sospechosas y encontraron ectropion en un 22,8 % de las pacientes que tenían carcinoma in situ, carcinoma epidermoide microinvasor o lesiones con transformaciones atípicas.26 En el resultado del ajuste del modelo de regresión logística multivariada se encontró que la edad, ectopia y ectropion hipotéticamente influyentes, no mostraron asociación con la aparición del cáncer de cérvix. CONCLUSIONES Las gestaciones previas, sexarquia precoz, cervicitis, la infección por papiloma viral humano (HPV), el hábito de fumar, la neoplasia intraepitelial cervical (NIC), la sepsis vaginal, la leucoplasia y el desgarro cervical constituyeron los factores de mayor influencia independiente sobre la aparición de la enfermedad. Otras variables que se describen, hipotéticamente influyentes, no muestran una influencia independiente sobre la aparición de la enfermedad, por lo que su relación con esta debe estar mediada por las variables más importantes, lo que se apoya en la aparición de las interacciones entre los factores.

Conocimientos y actitudes sobre la toma del papanicolaou

Conocimientos y actitudes sobre la toma de papanicolaou en mujeres de Lima, Perú 2007 Knowledge and attitudes about papanicolaou smear in women from Lima, Perú 2007 Charles Huamaní1,2,a, Ana Hurtado-Ortega1,a, Manuel Guardia-Ricra1,a, José Roca- Mendoza3,4b 1 Sociedad Científica de San Fernando, Facultad de Medicina Humana, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú. 2 Sociedad Científica Médico Estudiantil Peruana. Perú. 3 Departamento de Ginecología y Obstetricia, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú. 4 Servicio de Ginecología Oncológica, Departamento de Ginecología y Obstetricia, Hospital Nacional Dos de Mayo. Lima, Perú. a Estudiante de medicina ; b Médico ginecólogo-obstetra El resumen del informe preeliminar fue publicado en el libro de resúmenes del XXI Congreso Científico Internacional de Estudiantes de Medicina, México 2007; y en el Suplemento 1, año 2007 de Anales de la Facultad de Medicina. ________________________________________ RESUMEN Objetivos. Determinar el nivel de conocimientos y actitudes hacia la toma de Papanicolaou y factores asociados en mujeres en edad fértil de Lima, Perú. Materiales y métodos. Estudio transversal, se realizó un muestreo por conglomerados empleando un cuestionario validado por juicio de expertos, que tenía 22 ítems, seis preguntas de opción múltiple, nueve abiertas y siete tipo escala de Likert. Se determinó la asociación bajos conocimientos y actitud negativa o indiferente usando regresión logística múltiple Resultados. Se incluyó a 502 mujeres, con una edad promedio de 27±8 años. El 15% inició sus relaciones sexuales antes de los 15 años y 14% había tenido tres o más parejas sexuales. La prevalencia de un nivel bajo de conocimientos sobre la toma del PAP fue de 24,9% (IC95%: 21,0-28,7%), el cual estuvo asociado con un menor nivel educativo (ORa: 3,1; IC95%: 1,0-4,1) y a una historia de PAP inadecuada (ORa: 2,8; IC95%: 1,6-4,9). La prevalencia de una actitud negativa o indiferente hacia la toma del PAP fue de 18,7% (IC95%: 15,2-22,2%), la cual estuvo asociada con un bajo conocimiento sobre el PAP (ORa: 9,0; IC95%: 3,1-26,8), así como a un menor nivel educativo (ORa: 3,2; IC95%: 1,3-7,9), historia inadecuada de PAP (ORa: 2,0; IC95%: 1,1-3,6) y haber tenido más de dos parejas sexuales (ORa: 2,6; IC95%: 1,3-5,3). Conclusiones. Un bajo nivel educativo y una historia inadecuada de PAP están asociados con pobre conocimiento y una actitud negativa hacia la toma del Papanicolau en mujeres de Lima. Palabras clave: Cáncer de cuello uterino, Papanicolaou, Conocimientos y actitudes en salud (fuente: DeCS BIREME). ________________________________________ ABSTRACT Objectives. To determine the level of knowledge and attitudes about Papanicolao (PAP) smear and associated factors in fertile women from Lima, Peru. Material and methods. Cross sectional survey, was a cluster sampling using a questionnaire validated by expert opinion, which was 22 items, 6 multiple choice questions, 9 open and 7 Likert scale. Was found low knowledge and negative or indifferent attitude using multiple logistic regression. Results. Included 502 women, with an average age of 27 ± 8 years. 15% started having sex before 15 years and 14% had three or more sexual partners. The prevalence of a low level of knowledge on the PAP smear was 24.9% (CI95: 21.0-28.7%), which was associated with a lower education level (ORa: 3.1; CI95: 1.0-4.1) and a history of inadequate PAP (ORa: 2.8, 95CI: 1.6-4.9). The prevalence of a negative or indifferent attitude toward the taking of the PAP was 18.7% (CI95: 15.2-22.2%), which was associated with low knowledge of the PAP (ORa: 9.0; 95CI: 3.1-26.8), as well as a lower educational level (ORa: 3.2; 95CI: 1.3-7.9), inadequate history of PAP (ORa: 2.0; 95CI: 1.1-3.6) and having had more than two sexual partners (ORa: 2.6, 95CI:1.3-5.3).Conclusions. A lower educational level and inadequate history of PAP were associated with poor knowledge and negative attitude towards PAP smears in women from Lima. Key words: Uterine cervical cancer, Papanicolaou smear, Health knowledge and attitudes (source: DeCS BIREME). ________________________________________ INTRODUCCIÓN El cáncer de cuello uterino (CaCU) es uno de los principales problemas de salud pública en el mundo, pues es la primera causa de muerte en mujeres; anualmente se registra aproximadamente 500 mil casos, de esos 230 mil fallecen, el 80% ocurre en países en desarrollo (1). En el Perú, ocupa el primer lugar como cáncer más frecuente y de mayor mortalidad entre las mujeres, con un registro aproximado de 6 800 casos entre 2000 y 2004 (2). La mortalidad por CaCU ha disminuido considerablemente en los últimos 50 años debido a las actividades de prevención y la promoción del tamizaje con la prueba de Papanicolaou (PAP) (3), elegida por la facilidad de la toma de muestra y bajo costo; además, existe un mejor conocimiento de la historia natural del CaCU, su diagnóstico y la eficacia del tratamiento en estadios menores (4). Sin embargo, los principales factores de riesgo asociados se mantienen, siendo estos la promiscuidad sexual, un nivel socioeconómico bajo y el más importante, la infección por virus de papiloma humano (VPH) (5,6). Las campañas de promoción de la toma de PAP realizadas en México o Chile han tomado nuevos enfoques, orientados principalmente a romper las barreras culturales originadas por la inadecuada información y la existencia de ciertas creencias (6,7). En el Perú, el 2008 el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas propone a través de la “Norma técnico oncológica para la prevención, detección y manejo de lesiones premalignas del cuello uterino a nivel nacional” (8) un programa que busca estimular la promoción y prevención primaria; fomentando la información, educación y comunicación en la población general para motivar la participación comunitaria, orientación y consejería por parte de los profesionales de salud. Esta norma, junto a las actividades de promoción que se han venido desarrollando, establece estrategias de comunicación que buscan favorecer una mayor interacción entre las entidades prestadoras de salud y la comunidad. Está demostrado que un mayor nivel de conocimientos está relacionado con una mayor probabilidad de uso del PAP (6,9,10) y con ello a un diagnóstico precoz; sin embargo, son diversos los estudios locales que revelan que las mujeres tienen bajos conocimientos o presentan actitudes desfavorables hacia la toma de PAP (10-12), estos resultados, principalmente hospitalarios o en poblaciones delimitadas, merecen ser continuados con otros estudios en la población general, además de identificar su correlación con otras características de riesgo asociadas para poder orientar mejor futuras actividades en educación sanitaria, siendo ello nuestro objetivo. MATERIALES Y MÉTODOS DISEÑO Y POBLACIÓN Se realizó un estudio transversal y analítico en el que se evaluó el conocimiento y la actitud hacia la toma de Papanicolau en mujeres en edad fértil (entre los 15 a 45 años), procedentes de los 42 distritos de Lima Metropolitana en el año 2007; se consideró como población estimada a 1 842 766 mujeres en edad fértil de acuerdo al censo poblacional del año 2005 (13). Se incluyó a todas las mujeres que dieron su consentimiento informado de forma verbal, que se encontraban en el rango de edad seleccionado, en condiciones de decidir de manera voluntaria el ingreso al estudio y a ser entrevistadas, y que puedan llenar las encuestas en forma anónima y autoadministrada. Se excluyeron aquellas que llenaron inadecuadamente la encuesta. MUESTRA Y MUESTREO El cálculo del tamaño de la muestra se efectuó considerando que el 30% de las mujeres tenía un buen conocimiento sobre PAP (11), con un nivel de confianza del 95% y un error relativo de muestreo de 4%. Se ajustó el tamaño de la muestra al tamaño de la población; además se consideró un margen adicional del 3% de encuestas por los imprevistos, obteniendo un valor estimado en 519 mujeres. Se realizó un muestreo por conglomerados; se hizo un listado que incluía los 42 distritos de Lima Metropolitana y se ordenaron de acuerdo con su tamaño poblacional, dividiéndose en cuartiles con los distritos de mayor población, media superior, media inferior y menor población. Se seleccionó luego tres distritos por cada cuartil usando números aleatorios, y se distribuyó la muestra de manera proporcional a la población del distrito; se seleccionó al azar los grupos de viviendas, finalmente se acudió a las viviendas seleccionadas entrevistando hasta agotar el número de muestra requerida. Si dentro del grupo de viviendas no se agotaba el número de muestra requerida, se seleccionaba grupos de viviendas cercanos, si había más de una mujer por vivienda se incluía en el estudio. INSTRUMENTO Para la recolección de datos se utilizó una encuesta estructurada, anónima y autoadministrada, que demoró en promedio 20 minutos. La encuesta se dividió en cuatro áreas: incluía datos de filiación; sobre conocimientos acerca de la toma de PAP; sobre las características de riesgo, que incluían preguntas abiertas sobre la historia de PAP (número, inicio, frecuencia), edad de inicio de relaciones sexuales, número de parejas sexuales, número de partos vaginales, historia de infecciones de transmisión sexual (ITS) y el hábito de fumar; finalmente, sobre actitudes a la toma de PAP, empleando una escala tipo Likert incluyendo siete ítems que buscaban evaluar la disposición (1), el temor ante los resultados (2), necesidad de una nueva toma de PAP (2), la apreciación sobre su resultado (1) y la influencia del consentimiento externo a la toma (1). Cada uno de estos ítems fue valorado entre 1 a 5 puntos, con un puntaje final que podía variar entre 7 y 35. La encuesta se diseñó tomando en cuenta estudios similares (5,7,11). Previo a la aplicación se procedió a hacer la validación de contenido del instrumento mediante juicio de expertos (cinco ginecólogos, dos con subespecialidad en oncología ginecológica) y una prueba piloto en 30 personas con las mismas características de la población a estudiar. Se buscó la coherencia interna en la redacción y entendimiento de las preguntas planteadas en el instrumento de recolección de datos. Se estratificó el nivel de conocimientos en alto, medio y bajo si respondía correctamente a las 4, 3-2, o una o ninguna pregunta respectivamente. Las actitudes para la toma del PAP se clasificaron en positiva, indiferente o negativa si la suma del puntaje Likert era >24, entre 18 a 24 ó <17 respectivamente. ANÁLISIS DE DATOS Previo control de calidad, se creó una base de datos en Microsoft Excel 2003, se hizo el análisis descriptivo y se calculó las prevalencias de bajo nivel de conocimientos y actitudes negativas o indiferentes con un intervalo de confianza al 95% usando el programa Epiinfo 3.3.2. Se realizó el análisis bivariado usando chi2 y regresión logística múltiple para el multivariado con Stata 9.1; asociando las características demográficas y de riesgo con el nivel de conocimientos y actitudes, se calculó el OR crudo y ajustado (ORa) con intervalos de confianza del 95% (IC95%), se consideró un p<0,05 como significativo. RESULTADOS Se encuestó un total de 515 mujeres, descartando 12 encuestas por estar mal llenadas. La edad promedio fue de 27,1 ± 7,6 años, el 46% fueron solteras, y el 93% tenía un nivel de instrucción secundario a superior; el 19,5% (IC95% 15,0-22,0%) informó no haber tenido relaciones sexuales, la edad promedio de inicio de relaciones sexuales fue de 19,1 + 17,5; demás características demográficas se muestran en la tabla 1. Sobre el conocimiento del PAP se consideró como alto en el 22,7%; el 64,8% sabía en qué consistía la toma de PAP y el 65,2% sabía la frecuencia óptima para la toma de PAP. Las principales características de riesgo presentes eran no tener una historia de PAP en el 33,8%, y más de tres partos vaginales en el 11,7%; demás características se muestran en la tabla 2. La actitud se considera positiva en el 81,3%, 90,7% de las encuestadas está de acuerdo o muy de acuerdo con hacerse un PAP, y el 89,9% recomendaría a otra persona realizarse la prueba (Figura 1). La prevalencia de un nivel bajo de conocimientos sobre la toma del PAP fue de 24,9% (IC95%: 21,0-28,7%), el cual estuvo asociado en el análisis multivariado a tener un menor nivel educativo (ORa: 3,1; IC95%: 1,0-4,1) y a una historia de PAP inadecuada (ORa: 2,8; IC95%: 1,6-4,9), no se encontró asociación con el número de parejas sexuales o la edad de inicio de relaciones sexuales (Tabla 3). La prevalencia de una actitud negativa o indiferente hacia la toma del PAP fue de 18,7% (IC95%: 15,2-22,2%), la cual estuvo asociada con un bajo conocimiento sobre el PAP (ORa: 9,0; IC95%: 3,1-26,8), así como a un menor nivel educativo (ORa: 3,2; IC95%: 1,3-7,9), historia inadecuada de PAP (ORa: 2,0; IC95%: 1,1-3,6) y haber tenido más de dos parejas sexuales (ORa: 2,6; IC95%: 1,3-5,3). DISCUSIÓN A pesar de que la mayoría de las mujeres tienen instrucción secundaria o superior, sólo el 23% de las mujeres encuestadas tienen conocimientos altos; además, son más las que saben con qué frecuencia deben tomarse un PAP, pero menos las que conocen desde que edad se debe iniciar; de igual modo, son más las que saben que es la toma del PAP pero menos reconocen adecuadamente su importancia; esto refleja una instrucción incompleta en relación con las prácticas correctas sobre la toma del PAP, y explicaría el bajo porcentaje de conocimientos altos. De igual modo, podría justificar el por qué la principal característica de riesgo identificada fue una historia de PAP inadecuada, presente en el 34%. Este bajo nivel de conocimientos es similar al encontrado en un hospital peruano (12%), que además resalta que son pocas las que conocen en qué consiste la prueba y menos reconocen su importancia (11). Sin embargo, un estudio en otro hospital nacional informa que el 63% de sus pacientes tienen un bajo nivel de conocimientos (12); tal estudio difiere del nuestro (para el área de conocimientos) en el cuestionario, pues incluye preguntas sobre la frecuencia de la toma del PAP, mientras en el nuestro esta pregunta está en la sección de características de riesgo (como antecedente); dicho estudio informa que sólo el 5% de las mujeres mayores de 30 años (que representa el 58% de su población) sabía la frecuencia adecuada, además sólo un 54% respondió incorrectamente sobre el conocimiento del propósito del PAP. 44-50. Conocimientos y actitudes hacia el PAP Aunque no se encontró relación entre el nivel de conocimientos sobre PAP y la edad, algunos estudios señalan que sí existen diferencias; pues las adolescentes tendrían un bajo nivel de conocimientos (14), en especial si se asocia a un bajo nivel de conocimientos de la madre; a diferencia de las mujeres jóvenes, cuyo nivel de conocimientos es más alto incluso que el de mujeres mayores de 30 años (12). Por otro lado, Breitkopf et al. (15) señalan que no hay relación entre la historia inadecuada de PAP y el nivel de conocimiento sobre esta prueba, contrastando con nuestros hallazgos donde sí encontramos tal relación. Estos estudios difieren básicamente en la forma de calificar y explorar el nivel de conocimientos, orientados más a conceptos técnicos dado el nivel cultural de la población evaluada. Nuestros resultados, que señalan los bajos conocimientos sobre PAP y CaCU en la población general, podrían deberse a que aún existen diversas barreras, principalmente culturales, en las actividades educativas que realizan los profesionales de salud a la población (7,8); se evidencia la falta de conocimiento en determinados puntos de interés, ello podría deberse a que durante la capacitación se enfocan más los aspectos relacionados con la difusión. Resaltamos que esta advertencia sobre la poca eficacia para brindar información por parte de los establecimientos de salud ya ha sido señalada (10,16). Lo contrario sucede con la actitud, que se califica como positiva en el 81%; pero nuevamente se aprecia que ésta es más alta en las características de difusión, como son el hacerse una toma de PAP, recomendar la prueba, y hacérsela a pesar de encontrarse ante la negativa de su pareja; esta última es importante pues contrasta con otros estudios que señalan la necesidad de la aceptación de la pareja para poder incrementar la aceptación de la prueba (6,16). Nuestro estudio también muestra que una mala experiencia, como incomodidades o resultados negativos en una toma de PAP, afectarían su percepción a la prueba y por tanto, empeorarían su actitud. Esto ya ha sido ampliamente informado (17,18), y se entiende como una actitud lógica ligada especialmente a experiencias previas que podrían atemorizarlas, como las experiencias que desarrollan en el ámbito hospitalario, al participar de constantes evaluaciones y recibir poca información antes o durante el procedimiento (7,16,19). Sin embargo, las actitudes se pueden tornar más favorables conforme la historia médica de la mujer se incrementa (9,10); por tanto, es importante complementar la educación del procedimiento explicando las características del examen y posibles resultados, especialmente en las que acuden por primera vez o hayan tenido experiencias previas desagradables. El principal factor de riesgo es la infección por VPH (5); sin embargo, aún no existe un método de diagnóstico precoz disponible en los servicios de salud pública, que no requiera de exámenes vaginales. La adquisición de la infección por VPH está relacionada con la edad de inicio de relaciones sexuales (5) y al nivel socioeconómico de las mujeres; en nuestro estudio la edad no estuvo relacionada a la presencia de mayores características de riesgo, pero sí lo están algunas características de manera particular. Aunque la edad promedio de inicio de relaciones sexuales es a los 18 años, siendo menor el riesgo en comparación a otros lugares como un sector en Colombia, donde el inicio es a los 16 años (20), o en un sector de Cuba donde es a los 14 años (21); el 16% de las mujeres refiere su edad de inicio antes de los 15 años, teniendo ellas mayor riesgo. Como limitaciones del estudio debemos señalar la dificultad de recolectar información sobre la vida personal e íntima a través de cuestionarios; dado que la encuesta era autoadministrada pudo haberse excluido a más mujeres con niveles de instrucción bajo; además no se calculó una tasa de rechazo a la encuesta, pudiendo afectar los resultados si el rechazo fue motivado por las preguntas íntimas, pues el estudio incluiría a más mujeres con actitudes positivas. Debemos señalar que sólo se realizó la validación externa de la encuesta, que provino de otros estudios similares, obteniendo resultados acordes con dicha validación. Por otro lado, los principales factores de riesgo para el desarrollo de CaCU son la infección por VPH y la situación socioeconómica baja (3,22,23) que no han sido consideradas en la encuesta dada la dificultad que implica determinarlas. Finalmente, no se cubrió totalmente el tamaño de muestra (faltaron 16 encuestas), lo que afecta el poder estadístico del estudio. Concluimos señalando que niveles bajos de conocimiento sobre PAP están relacionados con una inadecuada historia sobre la toma del PAP y un menor nivel de instrucción, así como a actitudes negativas; de manera paralela, aunque más mujeres reconocen qué es la toma de PAP, no son tantas las que reconocen su importancia. Estos resultados son similares a otros estudios (9,11,12), y podrían deberse a una deficiencia en la información brindada, enfocando principalmente los aspectos promocionales (uso, frecuencia y recomendación a otras usuarias) más no de comprensión (importancia de la toma). Por tanto, recomendamos un abordaje más integral sobre la prevención del CaCU, dirigiendo las actividades preventivo-promocionales principalmente a aquellas mujeres con bajos niveles de educación, con un abordaje ligado más a aspectos culturales. Para estudios posteriores, recomendamos ampliarlos a poblaciones en riesgo no hospitalaria, con bajos niveles socioeconómicos y en provincias del país; incrementar el efecto del diseño, incluir la tasa de rechazo a la encuesta e indagar sobre cuál es la fuente de origen de estos conocimientos. AGRADECIMIENTOS A los docentes de Ginecología y Obstetricia de la sede Hospital Dos de Mayo, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, por el asesoramiento teórico y validación de la encuesta; al Dr. César Gutiérrez por el asesoramiento metodológico; y a los estudiantes de la promoción ingresante 2002 de Medicina Humana de San Fernando, por su colaboración en la recolección de datos. CONFLICTOS DE INTERÉS Ninguno REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. 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sábado, 17 de mayo de 2014

Avances en la investigación y el tratamiento del cáncer de próstata.

Genética :
Recientemente, se ha vinculado una mutación en un gen llamado HOXB13 al comienzo temprano del cáncer de próstata que tiende a darse en familias. Sin embargo, esta mutación es poco común, pues se encuentra en menos del 2% de los hombres con cáncer de próstata que participaron del estudio.

El gen HOXB13 y la mayoría de los genes que han sido estudiados hasta el momento provienen de los cromosomas que son heredados de ambos padres. Algunos estudios han encontrado que cierta variante del DNA mitocondrial, el cual es heredado sólo de la madre de una persona, pudiera duplicar o incluso triplicar el riesgo de un hombre de padecer cáncer de próstata.




                                                                        American Cancer Society.



                                                                               

viernes, 16 de mayo de 2014

VIH EN LIMA PERU

etsutero.blogspot.com
Catalogación realizada por el Centro de Documentación OPS/OMS en el Perú
(OPS/PER/07.10)
ISBN: 978-9972-222-14-6
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2007-03884
Tiraje: 1000 ejemplares



INTRODUCCIÓN

La notable expansión de los recursos para la prevención y control del VIH en el Perú, resultante

en gran medida de tres donaciones del Fondo Mundial contra el SIDA, la Tuberculosis y la

Malaria, ha determinado el incremento de la demanda de monitoreo y evaluación de las

acciones implementadas, con una medición efectiva de los indicadores de entrada y salida,

como se plantea en los programas de vigilancia de ITS/VIH de segunda generación (VSG) (1-3).

Los sistemas de VSG fueron desarrollados en respuesta a una pandemia de SIDA en evolución

con necesidades cambiantes en relación a monitoreo de tendencias y retroalimentación a las

estrategias de control y prevención de VIH. La VSG reconoce las limitaciones de la notificación

tradicional de casos de SIDA y recomienda la colección de varios tipos de datos para componer

una lectura más integrada de las tendencias en la epidemia, v.g. la prevalencia del VIH (medida

en estudios centinela y a través de encuestas), la prevalencia de infecciones de transmisión

sexual (ITS), y las practicas sexuales que conllevan riesgo. Los sistemas de VSG apuntan a ajustar

sus metodologías de colección de datos a las características de la epidemia de cada país.




Mucha de la información recogida hasta ahora sobre conducta sexual no ha sido plenamente

aprovechada, sugiriendo que el programa nacional de control del SIDA necesita ser reforzado

en su capacidad de analizar información de encuestas de conducta. Las encuestas sobre

comportamiento sexual implementadas en la era del VIH han incorporado en algunos casos la

medición de marcadores biológicos y han implicado perspectivas variadas, que transponen las

fronteras disciplinarias. Ni la aproximación de los epidemiólogos de enfermedades infecciosas

(con su énfasis en pruebas de laboratorio de campo y entrevistas cortas), ni la aproximación

de los demógrafos (enfocados en fertilidad, mortalidad materna, y uso de anticonceptivos en

uniones maritales) fueron las más apropiadas para explorar en detalle las practicas sexuales de

las personas, particularmente aquellas consideradas menos convencionales. Un nuevo campo

interdisciplinario de investigación de comportamientos relacionados al VIH ha evolucionado

en los últimos años.

Existe una demanda creciente de información sobre comportamientos sexuales, desde

enfoques que reconozcan su complejidad. Los pasos requeridos para analizar información

comportamental pueden ser esquematizados con facilidad, por lo cual a través de políticas

viables debería ser posible aumentar la calidad de los resultados producidos y construir las

capacidades para estos análisis a nivel nacional.




Mortalidad relacionada al SIDA

La estimación de la mortalidad relacionada al SIDA en el Perú es un ejercicio complejo, debido a

que las fuentes (los registros vitales y la vigilancia de mortalidad por SIDA) no han sido evaluadas

en cuanto a su cobertura, precisión, y retrasos de notificación. Y, en la medida en que subsiste el

estigma, no debe sorprender que, en muchos casos, los certificados de defunción no registren

el SIDA como causa de muerte. En general, se considera que el sistema de registros vitales

sub-registran en aproximadamente 40-50% de casos. Una publicación reciente de la Dirección

General de Epidemiología del MINSA estima que el sub-registro de mortalidad (2000 al 2004)

alcanza el 40%, y que cerca al 5% de las muertes por causas infecciosas son debidas al VIH/

SIDA (28). En este sentido, nuestro estimado es ligeramente mayor, de cerca al 7%, implicando

también que el SIDA ha aumentado su proporción entre las muertes por causas infecciosas, las

que también vienen disminuyendo en general (29).



El análisis de las tendencias en mortalidad debida al SIDA es una aproximación complementaria

a aquella de prevalencia de VIH, la base de la vigilancia epidemiológica, ya que esta valora el

impacto del VIH/SIDA en términos de mortalidad prematura, aunque los riesgos competitivos

no fueron valorados. Este abordaje es también útil para proporcionar puntos de referencia para

valoraciones de impacto una vez que las mayores intervenciones para combatir la epidemia se

han tomado, como el programa TARGA lanzado a mediados del 2004.




Las principales fuentes para realizar este análisis son los registros vitales y los registros de

mortalidad de las bases de datos de vigilancia; como se dijo antes, el MINSA está a cargo de

ambas. Realizamos el análisis de la base de datos de vigilancia de VIH que también incluye

registros de mortalidad, de 1983 al 2000, y la base de datos de mortalidad de registros vitales para

1986-2002. Esta metodología ha sido previamente usada para valorar el impacto en mortalidad

del SIDA para el periodo anterior al lanzamiento del TARGA (30). Los datos mostrados ahora

están actualizados hasta el 2002.